Episodios de un estudiante de Industriales de Erasmus por Islandia y sus aventuras por el país del hielo


sábado, 13 de diciembre de 2008

Noticiero Islandés. 13-12-08. Unforgottable days

Esto se acaba… Solo tengo palabras de admiración para describir estos últimos días. Impresionantes, aunque la verdad que no podían ser de otra manera para despedir este Erasmus. Los planes y las fiestas no paran de salir y ya no hay días ni tiempo para todo lo que queremos hacer. Todos estamos de vacaciones y cada día hay al menos una fiesta, alguna quedada, alguna cena, algún plan…y se hace difícil compaginarlos… Siento que me faltan días, no quiero que termine este Erasmus, no quiero irme de aquí… Sé que cuando vuelva a Madrid me lo voy a pasar bien, también porque voy de vacaciones y sé que vuelvo en unos días, y hay mucha gente a la que quiero ver, pero esto es algo impresionante, que no quiero acabar, y si no fuera porque ya tengo el billete comprado me quedaba aquí. Las fiestas son continuas, durante toda la semana, y parecen superarse cada día, no obstante alguno ya ha empezado a marcharse, aunque aún quedamos la mayoría, y cada vez que alguien se va es una puñalada y un sentimiento de tristeza que cada vez irá siendo mayor. No quiero imaginarme la despedida…

Os escribo a falta de 4 días para volver, acabo de venir de salir de fiesta y son las 7 de la mañana, pero os aseguro que aunque lo intento no puedo sacar tiempo para escribir en otro momento. Llevo 3 días apenas sin dormir pero es que durante el día no paro. Hoy ha sido el último finde que saldré de fiesta por Reykjavik este año, y la verdad es que no podía ser mejor despedida. Podría contaros muchos planes y fiestas que hemos hecho por aquí, pero no quiero extenderme así que os contaré lo más importante.
El finde pasado, como os dije, hicimos una cena de despedida a la que acudimos prácticamente todos los Erasmus, a parte de alguno de la oficina de Relaciones Internacionales, que también se sumó a la fiesta. Debo agradecer a los que lo organizaron habernos preparado tan buena despedida. Tuvimos una terraza entera para nosotros, por supuesto cubierta y con calefacción, y un servicio de catering sirviéndonos comida y bebida durante toda la noche, a parte de una banda que tocó especialmente para nosotros esa noche, y donde tampoco faltaron discursos emotivos de todo el mundo.


El lunes hicimos una de las muchas locuras que hemos hecho aquí, y es bañarnos en el mar. Es impresionante la aceptación que tienen este tipo de proposiciones entre la gente Erasmus, cualquier locura que se le ocurre a alguien, que normalmente nadie seguiría, aquí ves como todo el mundo se apunta. Después de irnos por Reykjavik en pijama y hacer el loco sobre el lado helado en calzoncillos, era lo único que nos quedaba. Fuimos a un hot pot que hay colindante al mar, donde hay una pequeña playa con arena para que los islandeses “tomen el sol” en verano. Sobre los hot pots creo que no os he hablado en el blog, pero los hay por todas partes aquí y ha sido una de las actividades durante este tiempo y un lugar de reunión y de colegueo, y os podéis imaginar lo que es estar por debajo de 0 grados, con lluvia y viento, mientras estás bañándote en uno de ellos a unos 40 grados al aire libre y contemplando el paisaje. Quedamos un gran grupo para visitar este hot pot, estaba todo nevado y se podía ver todo Reykjavik de fondo y la playa al lado. Sin duda algo indescriptible. La primer locura que se nos ocurrió fue una guerra de bolas de nieve. Aún no paro de reirme cuando pienso en el momento en que empezamos todos a correr en bañador y a unos cuantos grados bajo cero, todos gritando, a tirarnos a la nieve unos encima de otros, a rebozarnos, y a tirarnos bolas de nieve entre todos. Como os podéis imaginar la guerra duró no más de unos pocos minutos. La segunda locura que hicimos fue bañarnos en el mar. Me gustaría saber a qué temperatura está el agua a estas alturas del año. Fue algo extraordinario. Jamás olvidaré cuando íbamos todos corriendo gritando como si fuéramos a la guerra y aún más cuando entramos en el agua, como si estuvieran fusilándonos. A parte de lo que nos reímos y lo bien que lo pasamos, es una sensación única y que tampoco puedo describiros. Fue imposible estar más de 10 o 15 segundos completamente sumergidos en el agua. Sonará a película pero realmente era como si te estuviesen clavándose cientos de cuchillos en el cuerpo y la sensación de que el cuerpo te iba a explotar. Sin embargo, lo peor es que en los últimos segundos los músculos se te entumecían, hasta el punto de que era difícil conseguir andar para salir del agua. Al volver al hot pot, el agua caliente hacía hasta daño. Las risas fueron inevitables y, por supuesto, repetimos.

Por último, quiero contaros una experiencia que desde luego no olvidaré nunca, y es que he tenido la gran suerte de poder estar disfrutando la cultura Islandesa desde su sentido más profundo, la vida cotidiana de una familia Islandesa. Yulia es una amiga de Ucrania que conocí, y que lleva viviendo en Islandia desde hace dos años. Vive en una familia islandesa a cambio de cuidar de sus hijos pequeños (15 semanas y 1 año). Este miércoles fue su cumpleaños y me invitó a la celebración que hizo con toda la familia (la islandesa por supuesto, no la natal). Al principio me resultaba algo vergonzoso porque estuvieron hasta los abuelos, pero era una experiencia que no me podía perder. Lo único que puedo decir es que ese día fui feliz. Prepararon comida para aburrir, de todos los tipos y sabores, bebida y postres, donde casi todo era de Ucrania, comí todo lo que pude y más, y disfruté de una velada muy especial, donde aprendí mucho de Islandia, sobre sus costumbres y forma de vivir. Además la felicidad no cabía en mí por estar viendo una familia y un estilo de vida totalmente distinto al que estoy acostumbrado y poder ver distintas costumbres, en definitiva, un concepto de vida distinto. Incluso el estar escuchando islandés, aunque no entendiese nada, me encantaba. Me sentía como ver en tercera persona pero a la vez estar inmerso en un libro o película sobre una familia Vikinga. En fin, me siento muy afortunado. Después, a beber Vodka ucraniano, a escuchar música polka rusa, jugar a las cartas y demás. No os imagináis lo que me pude reír haciéndoles trucos de magia…jajaj. Aunque lo mejor de todo fue bañarse en un hotpot que tenían en el jardín a las 3 de la mañana… Debo agradecer a Yulia y a su “familia” el haberme brindado la oportunidad de vivir la que para mí fue mi Navidad Ucrania-Islandesa, y un día que no olvidaré nunca, por tratarme tan bien y por seguir haciéndolo, así que: Muchas gracias - Bolshoe spasibo – Takk fyrir. El lunes hemos preparado otra cena, esta vez española, donde cocinaré para ellos entre otras cosas, tortilla de patata, que no han probado nunca, y les llevaré algo de embutido ibérico que aún me queda de lo que mandó mi padre.

En fin, creo que las cosas por aquí no podrían ir mejor, con lo que creo que podréis entender que no quiera irme. No obstante, también tengo muchas ganas de veros, así que espero poder pasar tiempo con todos vosotros en mis vacaciones a Madrid. Para terminar, os pongo un video que hizo Rafaelle sobre el viaje que hicimos al Norte de Islandia y que ganó el tercer premio en la competición de la universidad. Es lento pero muy bien planteado, y la música se la debemos a Sigur Ros, un grupo islandés. Grazie mille frocio!

Un millón de besos y abrazos para todos!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hasta el jueves!!!