Como os comenté llegó mi segunda visita. Fue agradable recibir a mi prima Cristina después de tanto tiempo sin verla (me he tenido que venir a Islandia para que quedemos!), pero más agradable fue cuando vi lo cargada que vino… Sabía que traería algo de comida y algún regalito de mi padre, pero nunca pensé que me haría tanta ilusión un poco de embutido. No sabéis lo q se puede echar de menos la comida española (padres, estar preparados para navidades que no pienso parar de comer cocido, lentejas, judías, paella…) así que la cara se me iba desencajando a medida q iba sacando piezas de embutido: queso curado, lomo ibérico, jamón serrano, chorizo ibérico entre otros…agggg. Además algo de ropa q me viene muy bien. Lo gracioso es que le pedí también una botella de alcohol (aquí puede valer mínimo 30 €) y q mi padre dio a mi abuela para q se la diese a mi prima camuflada como una botella de zumo y que mi prima no cogió pensando que no merecía la pena llevarla. Os podéis imaginar la situación, solo espero que no se la bebiese…
El primer día fue intenso, esa misma tarde llevé a Cristina a conocer algo merecedor de probar aquí, las piscinas. Hay varias en Reykavik, todas tienen la típica piscina interior olímpica, pero lo realmente interesante son las piscinas exteriores. Normalmente tienen varias según la temperatura, de manera q puedes elegir e ir cambiándote de piscina. Hay desde 36 a 42 cada 2º. Aunq parezca que no 2º se notan bastante, y te estás bañando mientras afuera estás a apenas 0-5º y probablemente lloviendo, una gozada.

Esa misma noche, tuvimos la suerte de disfrutar de un fenómeno también difícil de ver en otro sitio, las northern lights (aurora boreal). Para quien le interesen, una aurora bureal es un brillo que aparece en el cielo nocturno, usualmente en zonas polares, y q están producidas por la colisión de electrones que viajan a gran velocidad, que colisionan con la atmósfera produciendo formas, estructuras y colores muy diversos que además cambian rápidamente con el tiempo. Esa misma noche nos dijeron que era un buen día para verlas (hay una página de internet q te predice la intensidad cada día) y nos aventuramos a coger un autobús que nos llevaría a lo más alejado posible de la ciudad (debe haber completa oscuridad para verlas). Sinceramente fui, al igual q la mayoría, convencido de que no veríamos nada. He visto muchas northern lights en fotos y folletos desde que estoy aquí, pero me costaba creer que eso pudiese verse así como así, a simple vista, y no fuera más merito del photo shop, pero lo cierto es que me equivoqué. Es algo fascinante, tal y como veis en la foto, de repente empiezan a emitirse luces de colores que empiezan a moverse y a formar anillos. Fue Increíble, de nuevo una preciosidad que la naturaleza nos ofrece por aquí.

Al día siguiente pude disfrutar de mi primera nevada en Reykjavik. El tiempo aquí es muy cambiante, de repente te sale el sol, como q te llueve, te hace viento… Era de noche y empezó a nevar, al principio pensé q sería un amago y que no cuajaría (se supone q aquí en la ciudad no suele nevar), pero el caso es que sí lo hizo. Cristina fue afortunada porque fue con algunos Erasmus a la piscina y justo les pillo allí, así que estuvo bañándose mientras le caía la nieve encima, que envidia! Esta es una foto de lo que se puede ver desde la ventana de nuestra cocina.
A la mañana siguiente nos marchábamos de viaje al oeste de Islandia (Peninsula de Snæfellsnes). De nuevo no os puedo decir otra cosa que impresionante. Vimos sitios preciosos, como siempre, pero esta vez lo que lo hizo especial es el tiempo que tuvimos. A priori, que no parase de nevar la noche anterior era un problema para viajar, y en alguna ocasión lo fue, pero las previsiones para ese finde eran buenas, con día soleado, y así fue, así que pudimos disfrutar de un paisaje espectacular, todo nevado, y con un día soleado, sin lluvia ni apenas viento. La verdad es que me estoy acostumbrando mal, porque siempre que viajo tengo mucha suerte y hace buen tiempo, con lo que se puede disfrutar aún más esta maravillosa isla.
Fue un viaje que organizamos nosotros, de nuevo nos alquilamos coches, esta vez fuimos 5, y nos aventuramos a recorrernos el centro y oeste de la isla. Cristina fue muy afortunada porq en principio no tenía sitio pero a última hora una chica se puso mala y pudo venir con nosotros. Me alegro muchísimo que viniese con nosotros, pero creo que más se alegra ella porque sé que se lo pasó en grande con nosotros, pudo comprobar que lo que cuento en los correos sobre Islandia es cierto, y conoció a mucha gente e incluso hizo amigos. Serás bienvenida cuando quieras, y no sé porq me da que vas a volver…
Sobre los paisajes que vimos, creo que no hace falta que os cuente mucho porq ya estáis acostumbrados a que os diga lo encantado que estoy con la naturaleza de aquí. Aquí no hay zona que sea peor que otra, cada una tiene su encanto, y no sabría cual elegir para volver de viaje…quiero repetir en todas! Os colgaré las fotos para que lo veáis.
La primera parada fue el cráter Kerið, que ya había visto hacía una semana pero con nieve resultó espectacular. Tuvimos unas 5 horas de camino, pero que se hicieron entretenidas con el paisaje que contemplábamos de fondo, es lo q tiene vivir en Madrid, que no estás acostumbrado a la nieve. A mitad de camino tuvimos un contratiempo, y es que cuando empezamos a adentrarnos en la montaña, el coche empezaba a encontrar dificultades para subir cuestas y hubo un momento en que no podía subir. Lo intenté un par de veces pero fue imposible, así que nos tuvimos que dar la vuelta y dar algo de vuelta, con lo que nos perdimos alguna cosa para ver, a excepción de un par de coches q tenían 4x4 (Cristi, si es que todo te salió bien!). Lo mejor del viernes fue la noche. Llegamos, de nuevo casitas de madera en medio de la montaña, y lo mejor estaba afuera, había jacuzzis! Nada más llegar directos a enlatarnos todos al jacuzzi. Lo mejor de todo estaba por llegar, no era suficiente estar todos bañándonos en el jacuzzi al aire libre con la naturaleza que teníamos rodeándonos, sino que además aparecieron auroras boreales! Os podéis imaginar la situación y las vistas desde el jacuzzi…
Por la mañana, a viajar. Pudimos ver toda la zona en un día, es una península al oeste de Islandia llamada Península de Snæfellsnes, y como os digo tiene también cosas preciosas, las fotos me ayudarán a que os hagáis una idea. Lo mejor de este viaje, a parte del paisaje, fue las locuras que pude llegar a hacer. Descubrí que a Bastien, un chico francés con el que me llevo fenomenal, le encanta hacer el loco casi tanto como a mí, así que nos tiramos todo el viaje subiendo a los sitos, cruzando ríos, escalando… Qué bien me lo pasé… cada vez que llegábamos a un sitio nos escapábamos y nos íbamos a hacer el mono por donde se supone que los turistas no pueden pasar, y nos lo pasábamos como enanos. Desde entonces nos llaman zipi y zape. También he descubierto que me encanta la escalada. Hasta ahora íbamos al boulder a escalar, pero este fin de semana me aventuré a escalar cuando veía rocas y disfrutaba como un enano. Me la jugué más de una vez (mi prima se ponía de los nervios cuando me veía) pero no lo podía evitar. Ya me he informado para hacer escalada propiamente dicha (con cuerdas y arneses, como debe ser) pero no alquilan material, y comprarlo es muy caro.
También lo pasamos en grande todos con la nieve, las guerras de nieve eran continuas y también hubo tiempo para tirarnos y restregarnos por la montaña con la nieve, hacer muñecos de nieve gigantes…como niños…Después de pasar otra noche en el jacuzzi, al día siguiente, seguimos disfrutando de la isla, con algún área geotermal y alguna cosa interesante. Después, parada en dos cascadas. La primera de ellas, Hraunfossar, tiene la peculiaridad de que el agua surge del suelo , mejor dicho, de la lava, causado por el rio subterráneo, el colorido de éste es precioso, azul celeste, pero lo más espectacular es ver la cantidad de cataratas que se forman a lo largo de toda la cascada (es la más larga de Islandia). La segunda, Barnafoss, que significa cascada de los niños, es una de las más salvajes. La razón es porque la fuerza del rio es descomunal y ha derribado puentes y piedras, en una de sus acometidas derribó un puente en el que había dos niños que cayeron al río y se ahogaron. También tuvimos tiempo Bastien y yo para hacer el cabra y escalar un poco por allí. La última parada, Glimur, la catarata más alta de Islandia, fue más difícil de lo que pensábamos. La lluvia empezó a caer y tan solo fuimos 2 coches los q nos resistíamos a perdérnosla. Había que hacer una pequeña ruta para llegar hasta ella, lo cual parecía interesante, así que nos armamos con todo el arsenal para combatir el frío y sobre todo la lluvia, y nos pusimos a caminar.
Esta catarata se encuentra entre dos montañas, así que para verla había que meterse adentro. Cuando llegamos a acercarnos a ésta, había dos opciones, o verla desde abajo, o aventurarnos a subir la montaña con la esperanza de poder verla desde arriba y contemplar una vista que resultó indescriptible. El problema fue que la lluvia y el viento era realmente fuerte y con vistas a empeorar y la gente no quería subir. Pero yo no me lo quería perder así que convencí a alguno de que merecería la pena subir y los otros 6 se dieron la vuelta. La sorpresa me la dio mi prima Cristina, está hecha toda una aventurera! Me encantó verla como toda una experta y sin miedo a nada. Realmente fue una ruta muy dura. Nos subimos una montaña con mucha pendiente, el suelo era grava que resbalaba y, sobre todo, el viento y la lluvia era muy violento, y cada vez que subíamos iba siendo más fuerte, asi qué tenías que tener cuidado porque el viento te llevaba, y lo máximo que podíamos era mirar al suelo si no querías quedarte sin cara ni ojos por la velocidad a la que venía la lluvia. Como suele pasar, cuando crees ver una cima y llegas, te encuentras con otra, pero después de un respiro para descanso del bombardeo que estábamos recibiendo, le echamos valor y seguimos, esperando ver algo pronto. Al final, coronamos la montaña y desde ahí, pudimos apreciar la vista de la catarata, sin duda espectacular. Sin tiempo para mucho, nos dimos la vuelta de camino al coche. Ya había llegado el punto de darnos igual el ir calados de arriba abajo e ir andando sobre dos lagos en las botas, solo queríamos llegar y dejar de sufrir. Finalmente, llegamos al coche, donde pudimos despojarnos de toda la ropa calada hasta arriba y arrimarnos a la calefacción. Por supuesto todos hemos caído malos esta semana, y allí lo pasamos mal, pero eso es lo que lo hizo especial, y me quedé con la sensación de haber llegado al límite y haber sacado el lado más aventurero que llevamos dentro que aquí en Islandia he descubierto que me hace tan feliz.
Fotos: http://picasaweb.google.es/sergymax/PeninsulaDeSnFellsnes#
De nuevo un viaje inolvidable, esto no deja de sorprenderme y, además, es un lujo viajar con todos vosotros, GRACIAS.
Mañana nos vamos de viaje de nuevo otros 3 dias. La luz aquí se está esfumando a un ritmo agigantado, así que probablemente sea el último viaje que hagamos este semestre, o al menos tan largo. Destino, el Norte de Islandia. Las previsiones son de algún grado bajo cero asi que intuyo que lo vamos a pasar mal, pero eso ya os lo contaré en el proximo post...
Greetings from Iceland to Spain
1 comentario:
Madre mia enano q bien te lo pasas!! tuvo q ser genial estar en el jacuzzi viendo la aurora boreal...si esq es de pelicula!!menos mal q yo ire tb aunq sea dentro de unos meses pero hay q verte no?
Un besino!
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